viernes, 6 de marzo de 2020

"ÉL ESTÁ SIEMPRE AHÍ"


Él está siempre ahí: en el descanso y en el hacer, en los acontecimientos, en todo lo que vivimos… en el tiempo de oración y mientras lavamos la ropa, en la Eucaristía y al hacer la comida, cuando coordinamos un grupo o preparamos un tema…

Él está siempre ahí…
… y nos habla a través de todo
… y le podemos amar y servir a través de todo y de todos


Nada tiene “más valor que…”: Ni el hacer tiene más valor  que el descanso, ni el servicio que la oración, ni el visitar a un enfermo que hacer las tareas con los niños… ni el dar clase que cuidar a un anciano dependiente, ni el elegir una vocación u otra. Hay que ir más allá… mirar más allá… Quien compara es nuestro ego. Quien da valor a lo que vivimos o hacemos es nuestro ego. Hay una realidad más allá de toda comparación, valoración… y es que “Él está siempre ahí”

Nuestra preocupación no tiene que ser tanto externa o racional… Lo fundamental es caer en la cuenta de que no estamos solos y que todo momento e instante es único y una oportunidad para amar y servir. En esa situación que acontece, en esa actividad rutinaria y monótona, en ese encuentro inesperado y desagradable, en ese suceso que nos hace tambalear… “Él siempre está ahí” y puedo amar y servir

“Él siempre está ahí”… Está, nos acompaña, nos ama

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