El otro día escuché una
afirmación rotunda que chirrió en mi interior: “Todo lo que pasa y nos sucede
es voluntad de Dios”. Y tú ¿estás de
acuerdo?. Vivimos, hacemos y nos relacionamos en función de nuestras creencias
y eso nos puede dañar o sanar, e incluso podemos perjudicar a otros o ayudarles
a levantarse y a seguir caminando.
Quiero darte mi parecer
respecto a esta afirmación que no comparto, por eso el título lo expresé con
interrogante:
- Si todo es voluntad de Dios… Dios manipula todo lo que sucede y a todos. Dios es el causante de las guerras, de que haya violencia, corrupción, pobreza, explotación infantil, mujeres maltratadas, niñas abusadas, personas sin empleo, gente enferma...
- Si todo es voluntad de Dios… no tengo capacidad de elegir ni de hacer… porque siempre va a acabar imponiendo su voluntad sobre mis decisiones. Soy un títere a merced de un “dios” que dirige mi destino.
- Si todo es voluntad de Dios… soy la primera que se baja de este barco porque no creo en un “dios” manipulador, cruel, castigador…
Lo que tiene relación con
el egoísmo, el ansia de poder para aprovecharse de otros, la desigualdad, la
exclusión, los prejuicios, el deseo de venganza, la maldad, la competencia por
ser más que o tener más que…, las adicciones, los desastres medio ambientales,
la extorsión… no son obra de Dios… no son voluntad de Dios, no los quiere Dios…
son consecuencia de nuestros miedos, de nuestra libertad mal manejada y de las
decisiones erróneas que como humanos tomamos.
Voluntad de Dios, para mí,
es todo aquello que…
- tenga que ver con el amor, la paz, la bondad, la amabilidad, la misericordia, la compasión, la solidaridad…
- tenga como fin el bien común, el buscar el bienestar y la felicidad de todos
Esto me lleva a:
Ø creer en
un Dios AMOR
Ø ser
consciente de mi libertad para elegir y decidir
Ø asumir mi
responsabilidad en la construcción del Reino de Dios
No te pido ni quiero que
piensen o creas lo que pienso o creo. Tú decides qué creer y qué imagen de Dios
fabricarte pero si esa imagen no te ayuda… deséchala…
El Dios de Jesús
únicamente tiene un poder sobre nosotros: El Amor. Y aún en esto somos libres
para abrirnos a su amor y permitirle amar a través nuestro.
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