Es la súplica más escuchada estos días a través de
todos los medios de comunicación por parte de periodistas, gobierno y otras autoridades,
iglesia, personal médico… y no es para
menos… Todos vemos lo que está sucediendo en España, Italia… pero en
latinoamérica se cree que no se va a vivir eso, que “dios” va a cubrir con su
sangre a estos pueblos y nada va a ocurrir… Por favor… ¡América, Honduras
despierta…!
¡Quédate en casa!...
Si te toca ir a trabajar sigue las recomendaciones sanitarias y al finalizar tu
jornada laboral, vuelve a casa.
¡Quédate en casa!...
No es tiempo de ir a visitar a familia, amigos o vecinos. Puedes estar
contagiad@ y llevar el virus a esa casa, o ellos estar contagiados y llevarlo a
tu casa y transmitírselo a tus familiares. A mí no me vengas a visitar, tiempo
tendremos de compartir en un futuro próximo si salimos de ésta y si no… ya nos
encontraremos en el cielo.
¡Quédate en casa!...
Si tu gente se molesta porque no los visitas, que no te importe, tú bien sabes
que no llegas porque los amas
¡Quédate en casa!...
No necesitas salir todos los días a la pulpería o al supermercado o a la farmacia o a comprar
al carretero frutas y verduras. Si puedes, haz una sola compra a la semana, si
aguantas más días mejor. Si se te acaba algo, sé creativ@ y cocina otra cosa.
No es momento de antojos o caprichos. Seguro que puedes pasar hoy sin “eso” que
te falta. Cuantas más veces salgas a la
calle, más riesgo de contagio tienes, más riesgo de que tu familia padezca la
enfermedad
¡Quédate en casa!...
por favor. Aunque te sientas bien y creas no ser portador/a del virus… ¡quédate
en casa!. Tal vez no evitemos que todos acabemos contagiados pero es importante
que no nos enfermemos todos a la vez y para eso se necesita la colaboración de
cuantos más mejor
Si eres de los que dices creer en Dios… demuéstralo.
¿Cómo? Quedándote en casa. Esto sí que es amor a los otros, a ti mismo y en
consecuencia a Dios. Porque quien dice que ama a Dios y no ama a sus hermanos e
incluso su propia vida es mentiroso.
Y si te vale porque crees que a ti esa enfermedad no
te va a afectar… atente a las consecuencias… luego no te lamentes de que por tu
imprudencia y negligencia contagiaste a tus hijos, a tu madre, a tu abuela, a
tus hermanos o a la vecina. Sigue riendo y no tomes precauciones… escrito está
que luego llorarás.
Por favor todavía estamos a tiempo… ¡Quédate
en casa!... y ten paciencia… espera… confía… después de la tormenta
siempre llega la calma… pueden ser semanas… meses… pero ten paciencia. Que de
una vez por todas podamos unirnos todos en la misma causa… la construcción del
Reino de Dios, el bien común
Dichos@ tú que tienes casa en la que poder quedarte…
¡Quédate en casa por favor!
Una última petición: haz viral este escrito… que
llegue a cuanta más gente mejor… publícalo en Facebook, Instagram, en tu estado
de WhatsApp o en otras redes sociales. Gracias
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