lunes, 23 de marzo de 2020

“¡QUÉDATE EN CASA!”


Es la súplica más escuchada estos días a través de todos los medios de comunicación por parte de periodistas, gobierno y otras autoridades, iglesia, personal médico…  y no es para menos… Todos vemos lo que está sucediendo en España, Italia… pero en latinoamérica se cree que no se va a vivir eso, que “dios” va a cubrir con su sangre a estos pueblos y nada va a ocurrir… Por favor… ¡América, Honduras despierta…!
¡Quédate en casa!... Si te toca ir a trabajar sigue las recomendaciones sanitarias y al finalizar tu jornada laboral, vuelve a casa.
¡Quédate en casa!... No es tiempo de ir a visitar a familia, amigos o vecinos. Puedes estar contagiad@ y llevar el virus a esa casa, o ellos estar contagiados y llevarlo a tu casa y transmitírselo a tus familiares. A mí no me vengas a visitar, tiempo tendremos de compartir en un futuro próximo si salimos de ésta y si no… ya nos encontraremos en el cielo.

¡Quédate en casa!... Si tu gente se molesta porque no los visitas, que no te importe, tú bien sabes que no llegas porque los amas
¡Quédate en casa!... No necesitas salir todos los días a la pulpería o al supermercado o a la farmacia o a comprar al carretero frutas y verduras. Si puedes, haz una sola compra a la semana, si aguantas más días mejor. Si se te acaba algo, sé creativ@ y cocina otra cosa. No es momento de antojos o caprichos. Seguro que puedes pasar hoy sin “eso” que te falta.  Cuantas más veces salgas a la calle, más riesgo de contagio tienes, más riesgo de que tu familia padezca la enfermedad
¡Quédate en casa!... por favor. Aunque te sientas bien y creas no ser portador/a del virus… ¡quédate en casa!. Tal vez no evitemos que todos acabemos contagiados pero es importante que no nos enfermemos todos a la vez y para eso se necesita la colaboración de cuantos más mejor
Si eres de los que dices creer en Dios… demuéstralo. ¿Cómo? Quedándote en casa. Esto sí que es amor a los otros, a ti mismo y en consecuencia a Dios. Porque quien dice que ama a Dios y no ama a sus hermanos e incluso su propia vida es mentiroso.
Y si te vale porque crees que a ti esa enfermedad no te va a afectar… atente a las consecuencias… luego no te lamentes de que por tu imprudencia y negligencia contagiaste a tus hijos, a tu madre, a tu abuela, a tus hermanos o a la vecina. Sigue riendo y no tomes precauciones… escrito está que luego llorarás.
Por favor todavía estamos a tiempo… ¡Quédate en casa!... y ten paciencia… espera… confía… después de la tormenta siempre llega la calma… pueden ser semanas… meses… pero ten paciencia. Que de una vez por todas podamos unirnos todos en la misma causa… la construcción del Reino de Dios, el bien común
Dichos@ tú que tienes casa en la que poder quedarte ¡Quédate en casa por favor!
Una última petición: haz viral este escrito… que llegue a cuanta más gente mejor… publícalo en Facebook, Instagram, en tu estado de WhatsApp o en otras redes sociales. Gracias

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