Recordando
la imagen de la Virgen de Suyapa sobrevolando el país estos días, me vino esta frase dicha
por María en aquella boda: “Hagan lo que Él les diga”. Y ¿qué quiere Jesús que
hagamos?. Que amemos. Jesús ama la vida, quiere la vida
El amor
y la vida son los valores más preciados pero desgraciadamente en muchas
culturas ni se respetan ni se consideran. Es hora de volver la mirada a Jesús y
recordar y vivir ese primer mandamiento: amar nuestra vida, la de los otros y
la creación que se nos regaló
¡Cuántas
personas están siendo obligadas a trabajar bajo la amenaza de ser despedidos si
no se reportan!. Desgraciadamente detrás de esta realidad hay empresarios
explotadores y asesinos que lo único que aman es el dinero, el tener y el
poder. No les importa la suerte de sus empleados, si enferman o mueren tienen
cómo reemplazarlos.
¡Cuántas
personas están siendo suspendidas de trabajo y sueldo porque no tienen cómo
pagarles si no trabajan!. ¿Qué tan cierto será que grandes empresas no pueden
hacer frente económicamente a esta situación? ¿De qué se van a alimentar esas
familias estos meses? ¿Dónde está el amor en estas medidas?
¡Cuántas
personas hay que, imprudentes e inconscientes, siguen: saliendo a la calle en
cuanto hay oportunidad o excusa a ver o a visitar a alguien o a comprar una o
dos cosas, o continúan abriendo la puerta de casa a familiares o amigos! ¿Es
que no aman su vida ni la de su familia?
Entre la
triste realidad de unos, la negligencia de otros, y un gobierno en Honduras que
promete y promete y no cumple… ¿Qué podemos esperar?
Se habla
de donaciones en dólares millonarias pero:
No se
está abasteciendo a los hospitales ni al personal sanitario de los mínimos para
evitar el contagio o atender a los enfermos
Los más
pobres llevan dos semanas esperando las prometidas provisiones de
alimentos y nunca terminan de llegar
¿Cómo se
puede hablar de amor al pueblo cuando no se le facilita el acceso a las
necesidades básicas y se le deja morir?
“Hagan
lo que Él les diga”… Amen… ¿Cómo podemos decir que amamos a Dios y todavía
atrevernos a pedirle que bendiga a Honduras cuando no amamos nuestras vidas ni
al prójimo? ¿Esperamos que un “dios milagrero” nos resuelva el problema?
Afortunadamente
siempre hay excepciones. Hoy quiero felicitar a los que hacen del amor su lema de
vida… a quienes sanan vidas, a quienes dan vida de diversas formas: calmando el
hambre de quien tiene necesidad, quedándose en casa, cumpliendo las
disposiciones establecidas, orando por los más vulnerables, acompañando desde
la distancia a través de la tecnología a quienes se sienten solos, abatidos o
angustiados…. Mi felicitación para quienes exponen sus vidas en hospitales,
supermercados, bancos, farmacias… por seguir abasteciendo y sirviendo al pueblo
“Hagan
lo que Él les diga”… Ámense como yo les amo
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