A
veces surge el deseo de emprender nuevos caminos o explorar nuevas rutas, lo
sentimos como una inspiración interior, pero podemos llegar a abortarlo por
miedo. Y es que nos anclamos y acomodamos en lo que ya conocemos porque es algo
que controlamos, porque en ello nos sentimos seguros… No nos arriesgamos al
cambio por el miedo a equivocarnos, a fracasar, al qué dirán, a perder…
El
“siempre se ha hecho así”… habla de miedo
El
“mejor vale malo conocido que bueno por conocer”… habla de miedo
El
no soltar… habla de miedo
El
acomodarse… habla de miedo
Lanzarnos
es una aventura, es estar dispuestos a todo y asumir las consecuencias, es responsabilizarnos
de la propia vida, es permitirnos crecer
Quien
escucha las insinuaciones del Espíritu y se deja llevar, tal vez no sabe para dónde
camina pero tiene la certeza de ir con la mejor compañía. Y con tan buen
compañero de camino ¿qué hay que temer?. Él irá proveyendo en cada etapa con lo
necesario. Abandónate y confía
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