Si
nos enseñan una hoja en blanco con un punto negro en medio, seguro que muchos
repararemos en el punto negro.
En
nuestra formación, incluso religiosa, se nos ha enseñado a mirar el punto
negro, a fijar nuestra atención y perder el tiempo en él. El punto negro son
los errores, fracasos, ofensas, caídas, defectos… todo aquello por lo que nos
sentimos mal y culpamos. El problema es cuando se nos pasan horas, días e
incluso años mirando mayoritariamente el punto negro. Llegamos a olvidarnos y a
no valorar y agradecer la infinidad de puntos blancos que son todos los dones,
gracias y regalos de Dios para nuestra vida
No se trata de omitir el punto negro porque la realidad es que está. Tampoco de esforzarnos por desviar nuestra atención hacia los puntos blancos porque seguramente nuestra mirada volverá una y otra vez al punto negro e inevitablemente nos enredaremos otra vez.
La
clave está en ver el Amor y la Misericordia de Dios cuando miremos el punto
negro. Ese Amor y esa Misericordia capaces de iluminar lo más oscuro, de sanar
lo más herido, de recomponer lo más quebrado, de perdonar lo inimaginable, de
acogernos con todo lo que somos, de habitar en nosotros
Cada
vez que mires el punto negro que sea para reconocer, aceptar y dejarte abrazar
por el Amor y la Misericordia que el Señor te quiere regalar.
Es grandioso conocer este hecho y aprovechar la enseñanza y edificación que realiza en nuestra mente, espíritu. Nos hace comprender y agradecer más a Nuestro Padre DIOS y a Nuestro Señor JESUCRISTO.i Gloria a DIOS 💗 !
ResponderEliminarSi en lugar de una hoja blanca fuese una gris, veríamos puntos negros y blancos, por lo que no nos fijaríamos en uno solo. Así ha de ser en nuestra vida, mejor dicho, así es nuestra vida. Por eso, no nos fijemos solo en un punto, sea blanco o negro, fijémonos en el conjunto de la hoja, que es nuestra vida. Y al fijarnos valoremos lo bueno, los aciertos, que valen
ResponderEliminarY si s