Pienso
que es rara la familia en la que no hay problemas. Y quizás pensemos en alguna
en concreto y digamos que no pero a lo mejor es porque solo vemos la fachada
Podemos
creer que nuestra familia es la ideal, convencernos de que incluso es la mejor…
y tal vez lo sea o quizás no. Si nos detenemos y miramos dentro, descubriremos
un montón de cosas que preocupan, duelen, dan vergüenza y a veces hasta dan
miedo
La realidad es que una cosa es cierta, sea como sea tu familia, Dios habita en ella como lo hace en tu corazón. Aunque haya desorden o caos interior, heridas, sufrimiento, lágrimas, conflictos, violencia, enfermedades físicas o emocionales… Él está. A veces se nos dificulta poder descubrirle cuando se dan situaciones que superan nuestro entendimiento, necesidades o deseos. Incluso hay quien vive enojado contra Dios por determinados acontecimientos
No
estoy invitando a que nos quedemos de brazos cruzados y esperemos a que el
Señor resuelva y armonice lo que hay en la casa. Siempre podemos hacer algo con
la fe y la confianza de que no estamos solos y hay Alguien más interesado que
nosotros en que reine la paz y el amor. Y cuando nos sintamos incapaces,
impotentes… o creamos que ya lo intentamos todo sin éxito… bastará un poquito
de fe para que la montaña se mueva. Para Dios nada hay imposible
Muy cierto, y vamos a aplicar esta reflexión para con Fé y Confianza logremos un cambio favorable para cada miembro de nuestra familia. Oremos.
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