El otro día escuché una definición distinta de oración y quiero compartirla contigo. Ante
la pregunta: “¿Orar es difícil?”, una respuesta: “La oración es un abrazo con
el Padre”
En
realidad parece algo sencillo pero quizás no lo sea tanto, dependerá mucho de
cómo te hayan abrazado. Y es que hay quienes aprietan tanto que asfixian y
ahogan, como si quisieran poseerte, y dan ganas de decir: “No me aprietes
tanto”. Los hay que abrazan por compromiso y lo hacen rápidamente, sin
sentimiento, y dan palmaditas en la espalda como diciendo: “Bueno, ya es
suficiente”. Pero hay quienes saben abrazar, bendito sea Dios. Por medio de
ellos se siente el cariño, el respeto, la aceptación, la ternura, la acogida… y
quisieras que esos abrazos no terminaran nunca. Así entiendo y me imagino el
abrazo del Padre
El
único obstáculo en el abrazo con el Padre soy yo. Y es que, por mis heridas,
miedos, errores o fracasos, por mi inseguridad, por mi miseria… puedo creer que
no merezco ser abrazada y bloquear el encuentro
La
oración es un abrazo con el Padre, ese Padre que acoge a la persona en su
totalidad. Un abrazo que protege, que anima a confiar, que da seguridad, que
alienta la esperanza, que da paz, que recuerda que no se está solo
Dejarse
abrazar por el Padre y abrazarle también es un acto de humildad, el camino para
llegar a su corazón
Preciosa definición
ResponderEliminarMuy bella reflexión
ResponderEliminarNo es difícil orar cuando...Haz aceptado Su Amor y Atención con Jesucristo Señor, quien te muestra cómo es el Padre, porque ÉL te ha dado Su Santo Espíritu para descubrir lo mejor de todo y orando se consigue.
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