A mí me debe
pasar como aquellos a los que se les decía que no sabían pedir. Aunque
realmente me doy cuenta de que lo que tengo es miedo de pedir algo que pueda
ocasionar un daño en vez de un beneficio, tanto para otros como para mí
Así que, tratándose
de pedir, me limito a pedir aquello que es bueno para cualquiera (paz,
fortaleza, consuelo, luz, gracia, amor, esperanza…) y evito lo que pareciendo
bueno tal vez no sea lo más conveniente (salud, cosas materiales…)
Personas que
oran por mí me han reclamado en ocasiones no ayudarles en sus peticiones a lo
que yo siempre he argumentado: “Es que a lo mejor no es eso lo que quiere el
Señor”. No todo lo que se pide puede que sea lo que más conviene. Y si este
Padre en el que creemos es bueno y providente, y nos cuida y sostiene, y somos
importantes y valiosos para Él, y… ¿Cómo no nos va a dar lo mejor? El problema
es que lo mejor puede que no coincida con nuestros deseos y que incluso lo
cataloguemos como lo peor porque desconocemos el tremendo beneficio que
encierra “eso” que se nos regala.
Creo en la
oración de intercesión porque experimento el gran bien y la obra de Dios en mi
vida gracias a tanta gente que me tiene presente en las eucaristías, frente al
Santísimo o en su cuarto en sus ratos de intimidad con el Señor. Creo que mi fe
la alimentan todos ellos, en gran parte, así que en mis oraciones no puedo
dejar de agradecer y recordar “a todos los que me tienen presentes en las suyas”
(como no sé cuántos son mejor digo a todos, que el Señor ya sabe quiénes son, y
así no me dejo a ninguno)
También son
muchos los que me piden oración pero si eres uno de ellos ya te advierto que no
pido algo concreto porque “no sé qué pedir”, prefiero presentarte ante el Señor
y que Él se encargue del resto, te conoce mejor que yo y sabe qué es lo que más
te conviene en este momento.
“Danos (a todos: conocidos o no,
queridos o no, con ideas semejantes o contrarias, de creencias distintas,
pacíficos y violentos….) nuestro pan (a cada
uno el que más le convenga: paciencia, esperanza, misericordia, humildad…) de cada día” (si
solo el día de hoy existe ¿no será suficiente con tener lo que necesitamos en
este día?
Asi es, yo también pido ñor el .ejor bien de cada persona, y solo el AMOR sabe uál es
ResponderEliminarOh sí, tienes toda la razón. Muy sabia reflexión, si solo hoy nos pertenece, pedir lo que hoy necesitamos y nada más. Excelente!
ResponderEliminarOrar unos por otros, es un acto de amor y fraternidad.
ResponderEliminarEl tener presente a mis Hnos en la oración, me lleva a darme cuenta que no solo yo necesito y ya Dios dará a cual lo que el mejor convenga para cada uno.