jueves, 3 de febrero de 2022

“Y TÚ ¿QUÉ PIDES?”

 

A mí me debe pasar como aquellos a los que se les decía que no sabían pedir. Aunque realmente me doy cuenta de que lo que tengo es miedo de pedir algo que pueda ocasionar un daño en vez de un beneficio, tanto para otros como para mí

Así que, tratándose de pedir, me limito a pedir aquello que es bueno para cualquiera (paz, fortaleza, consuelo, luz, gracia, amor, esperanza…) y evito lo que pareciendo bueno tal vez no sea lo más conveniente (salud, cosas materiales…)

Personas que oran por mí me han reclamado en ocasiones no ayudarles en sus peticiones a lo que yo siempre he argumentado: “Es que a lo mejor no es eso lo que quiere el Señor”. No todo lo que se pide puede que sea lo que más conviene. Y si este Padre en el que creemos es bueno y providente, y nos cuida y sostiene, y somos importantes y valiosos para Él, y… ¿Cómo no nos va a dar lo mejor? El problema es que lo mejor puede que no coincida con nuestros deseos y que incluso lo cataloguemos como lo peor porque desconocemos el tremendo beneficio que encierra “eso” que se nos regala.

Creo en la oración de intercesión porque experimento el gran bien y la obra de Dios en mi vida gracias a tanta gente que me tiene presente en las eucaristías, frente al Santísimo o en su cuarto en sus ratos de intimidad con el Señor. Creo que mi fe la alimentan todos ellos, en gran parte, así que en mis oraciones no puedo dejar de agradecer y recordar “a todos los que me tienen presentes en las suyas” (como no sé cuántos son mejor digo a todos, que el Señor ya sabe quiénes son, y así no me dejo a ninguno)

También son muchos los que me piden oración pero si eres uno de ellos ya te advierto que no pido algo concreto porque “no sé qué pedir”, prefiero presentarte ante el Señor y que Él se encargue del resto, te conoce mejor que yo y sabe qué es lo que más te conviene en este momento.

“Danos (a todos: conocidos o no, queridos o no, con ideas semejantes o contrarias, de creencias distintas, pacíficos y violentos….) nuestro pan (a cada uno el que más le convenga: paciencia, esperanza, misericordia, humildad…) de cada día” (si solo el día de hoy existe ¿no será suficiente con tener lo que necesitamos en este día?

3 comentarios:

  1. Asi es, yo también pido ñor el .ejor bien de cada persona, y solo el AMOR sabe uál es

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  2. Oh sí, tienes toda la razón. Muy sabia reflexión, si solo hoy nos pertenece, pedir lo que hoy necesitamos y nada más. Excelente!

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  3. Orar unos por otros, es un acto de amor y fraternidad.
    El tener presente a mis Hnos en la oración, me lleva a darme cuenta que no solo yo necesito y ya Dios dará a cual lo que el mejor convenga para cada uno.

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