Escucho
las noticias en la televisión o en la radio y las encuentro muchas de ellas ¡tan
alejadas de lo que cada uno vivimos en la cotidianidad de cada día….! que no
dejo de preguntarme cómo puede vender el hablar de política, economía, guerras, de la
vida de otros o incluso del tiempo.
En
la calle la gente no suele hablar de estas cosas si tiene un poco de confianza.
Reviso mi semana pasada y he sido testigo de otras noticias. Noticias que no salen en
los medios de comunicación pero que afectan a lo más íntimo de la persona.
Noticias que muchas veces resultan incómodas porque cuestionan, comprometen…
Noticias de todos los días. Noticias de las que todos podemos ser testigos si
nos detenemos a observar, escuchar, contemplar.
Y
puedo contaros algunas de las noticias que escuché: una joven que no tiene
dinero para comprar pañales a su bebé de dos meses, una compañera de colegio
que falleció víctima de cáncer, un anciano con pensamientos reincidentes de
querer quitarse la vida, un inmigrante que no podía pagar el cuarto, una profe
que perdió a su único hijo de 32 años dejando a una niña de 4, una mujer con su amiga íntima ya en fase terminal,
otra mujer de avanzada edad, viuda y sin hijos planteándose ingresar
en una residencia de mayores, una amiga que perdió a su padre, otra a su madre…
Esto que afecta a las personas en lo más íntimo, sí que son noticias, son
realidades que ponen al descubierto lo más vulnerable, lo más frágil. Pero no
interesa publicarlo porque, aquello que tiene relación con el dolor y el
sufrimiento humano, no vende sin embargo es una realidad de la que no podemos huir.
Por mucho que queramos evadirla tarde o temprano la experimentaremos en nuestra
propia carne, si es que no nos está tocando ya.
Ahí
afuera hay mucho dolor, mucha necesidad de escucha, mucha soledad… de eso no se
habla en las noticias pero existe, es real. Hay quien sufre en silencio, pero también quien comparte su tristeza y sufre la incomprensión y la falta de
acogida.
Sería
bueno preguntarnos: Ante estas “particulares noticias” de vecinos, conocidos,
amigos o familiares ¿Qué sentimos? ¿Cómo reaccionamos? ¿Qué respuesta damos?
Porque tal vez no podamos hacer algo para que mañana suban las temperaturas, o
para que los políticos se centren en lo que les toca en vez de estar echándose
tierra todo el día, o para detener el avance de la pandemia… pero hay realidades
más concretas que nos tocan muy cerquita y ante las cuales no podemos esquivar
la mirada, ni quedarnos de brazos cruzados. Si no es por fe, al menos que sea
por humanidad
Tienes toda la razón vivimos tan alejados de la realidad que nos hemos vuelto insensibles al dolor hasta de nuestra misma familia.
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