¿Alguna vez has tenido un deseo
profundo?. Hablo de eso, deseos profundos del corazón, no de esos deseos
banales, materiales, temporales… que solo tienen por objetivo crecer a
cualquier nivel de los que invita esta sociedad.
Según Santa Teresita si Dios pone esos
deseos en tu interior es porque pueden hacerse realidad. Pero ¡qué dolor hasta
que llega ese momento!. Nadie puede saber lo que “eso” te hace sufrir. Es como
si te estuvieras ahogando, vieras un flotador, te quisieras asir a él y no
lograras alcanzarlo.
Ves que a otros se les ha concedido y te
preguntas ¿por qué a mí no?... puro orgullo. No queda otra que tener paciencia,
esperar… porque no es cuestión de méritos, ni de sacrificios, ni de… sino de
pura gracia, y la gracia Dios la da cuando quiere y a quien quiere. Lo que no
tengo duda es que si aviva el deseo también dará su gracia.
Todo llega, todo en su momento. La espera
favorece que crezca el anhelo y después se agradezca y valore más el don recibido.
Que Dios colme sus deseos,querida Gloria, ya que no cabe duda que Dios le ama con un amor inmenso.
ResponderEliminarQue El Señor te los conceda.
ResponderEliminarGracias Gloria por tus reflexiones