Hay infinidad de cosas que nos dan vida, que nos hacen
sentir plenos, que nos llenan… pero que acabamos perdiendo por afanarnos en
múltiples quehaceres y preocupaciones o por creer que podemos encontrarlas en
otros lugares
Jesús nos habla de una mujer que tenía diez monedas y
perdió una. Al caer en la cuenta de lo que había perdido, se sintió triste pero
encendió una lámpara. Tal vez ni eres consciente de haber perdido algo pero si
sientes en tu interior un vacío, si sientes desolación, angustia… seguramente
es producto de esa pérdida. Enciende la lámpara para poder descubrir eso que
realmente te daba vida.
¿Qué has perdido? ¿Qué es aquello que te daba plenitud y
ya no tienes?
“Y la mujer se afanó hasta encontrarla, y buscó cuidadosamente”.
Esa moneda era valiosa para ella, la necesitaba para sentirse completa, llena,
plena. Optó por buscarla sin cesar y para eso tuvo que limpiar y retirar todo
aquello que estorbaba.
¿Qué necesitas limpiar o retirar de tu vida para encontrar
“eso” único que te va a dar la felicidad verdadera?. En Ejercicios
Espirituales, Ignacio propone una oración preparatoria al inicio de cada
tiempo: “Señor, dame la gracia para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en tu mayor servicio y alabanza”
Y la mujer encontró la moneda. Y se llenó de alegría, de
paz interior, de gozo profundo, de satisfacción…
Descubre qué es lo que has perdido, busca cuidadosamente
y sin cesar… y cuando lo encuentres lo celebraremos.
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