Así
dijo Pedro a Jesús, convencido de su fortaleza, de su amor por Él…pero a la
hora de la verdad: le negó.
Así
nos pasa tantas y tantas veces a nosotros. Juzgamos a Pedro pero ¿Acaso no
hubiéramos hecho lo mismo dadas las circunstancias?. El miedo es muy humano y
no sabemos cómo podemos llegar a reaccionar o responder cuando se presenta la
adversidad.
Podemos
caer en la tentación de creernos capaces y fuertes cuando en realidad somos
engreídos y soberbios. Estamos convencidos de ser capaces de superar mil y una
pruebas, vencer un sinfín de tentaciones. A la hora de la hora descubrimos, en
las cosas más sencillas, nuestra pequeñez y fragilidad
“Estoy dispuesto a dar
mi vida por ti”. Tal vez compartamos el
deseo como Pedro pero, sin la gracia de Dios, está demostrado que no podemos
nada. Como humanos buscamos con afán nuestra supervivencia, nos aferramos a la
vida como si todo terminara en la muerte.
El
“Estoy dispuesto…” de Pedro es el “Lo que Tú quieras” de San Ignacio de
Loyola. Eso supone: no desear más salud que enfermedad, riqueza que pobreza,
honor que deshonor, vida larga que corta… y así en todo lo demás. Eso es
entregar la vida, ofrecerla deseando solamente querer lo que Él quiera para
mayor gloria suya, sabiéndonos vulnerables, dependientes y necesitados de su
gracia para que su voluntad se cumpla en nuestra pobres vidas.
lo que tú quieras mi señor, amén
ResponderEliminarCómo tú quieras mí señor aún en medio de las dificultades te amo mí señor
ResponderEliminarLO QUE TÚ QUIERAS MI SEÑOR ♡
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