domingo, 14 de marzo de 2021

“OFRENDA DE AMOR: LOS PIES Y LAS MANOS”

 

“Nadie tiene amor más grande que quien hoy pone sus pies y mañana sus manos”. Esta frase se la escuché a un seminarista carmelita descalzo y resonó en mi corazón. Y es que la comparto totalmente. Para ser capaz de ofrecer las manos al servicio del Reino y para mayor gloria de Dios, hay que poner primero los pies, dejarse amar

El ejercicio del amor comienza con abrirse al amor que Dios quiere derramar. Para esto se necesita ser humilde, la disposición a acoger, reconocer la dependencia de Él, aceptar, dejarse hacer, tomar conciencia de la pequeñez y de la necesidad, permitirse conquistar por el Amor



Poner los pies como los discípulos en la Última Cena…

Poner los pies como Jesús cuando se le acercó aquella mujer con un perfume caro. Jesús es el Maestro y nos enseña el camino

Sólo quien es capaz de poner sus pies, es capaz de ofrecer sus manos para dar, para acariciar, para animar, para sanar… para servir, para amar





Poner las manos al servicio del Reino hasta que duela… como lo hizo Jesús en la cruz

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