Podemos
pasar la vida sin rumbo y respondiendo a las expectativas de otros: Familiares,
amigos, vecinos, comunidad, feligreses, personas con alguna autoridad eclesial,
política, económica… Acaban convirtiéndose en el público al que hay que
agradar, complacer, mantener… para obtener aplausos, valoración, respeto,
éxito, fama, dinero…
Anhelando
satisfacer nuestro deseo de ser amados, caemos en la tentación de hacer de los
otros “pequeños dioses” en quienes invertir tiempo y hacia los que guiar
nuestras acciones.
Y así pasan los días, los años, y nos alejamos del fin para el que hemos sido creados. Buscando ser felices, nuestro vacío aumenta. No trates de lucirte ante los ojos de los demás porque te convertirás en esclav@ de todos ellos, vivirás una mentira y por querer ganar tu vida la perderás
Sólo la verdad te hará libre. Sólo responder a tu esencia, a la misión para la que viniste a este mundo te puede liberar y conducir a la verdadera felicidad
Hay
una misión común pero a la vez única e irrepetible para cada persona. No te
compares con otros. Tu obra va a ser distinta, y el éxito dependerá de
responder a la propia llamada interior.
Hay
una única misión que se resume en amar, pero que se concreta en una realidad,
en un contexto, en una cultura, en una vocación, en unos dones… distintos en
cada persona
No
busques admiración de un público que hoy te engaña con sus aplausos y mañana te
puede lanzar tomates o incluso acabar contigo. Sólo a tu Dios adorarás. Mantén
los ojos fijos en Él. Recuerda por quién y para quién vives, trabajas, vas o
vienes, estás. Recuerda quién te ha creado, quién te sostiene, quién te provee.
Ama y sirve sin depender de la reacción de los otros, sin que su respuesta
condicione tus pasos.
Siempre
se puede regresar a “Galilea” y comenzar de nuevo. Todavía estás a tiempo.
Muy lindo mensaje
ResponderEliminarGracias Gloria por compartir
Quiero amar y servir sin depender de la reacción de los otros ❤️
ResponderEliminarAmén 🙏
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