La
propia muerte es una realidad que se nos impone y nada podemos hacer para
evitarla. Tarde o temprano se hará presente. A unos nos avisará y a otros nos
llegará de sorpresa.
Vemos
como otros fallecen pero vivimos como si nosotros fuéramos a permanecer acá
eternamente. Cuando eres joven todavía lo ves más lejano pero bien sabemos que
para esto no hay edades
Morimos todos los días a algo, como mínimo a un día de vida. Las pequeñas muertes sufridas y las pérdidas de seres queridos nos hacen poner los pies en la tierra, nos recuerdan nuestra realidad finita, vulnerable, frágil, limitada. Nos cuestionan donde estamos, hacia donde van dirigidos nuestros pasos, hacia dónde queremos ir realmente
Ante
el miedo a mirar de frente nuestra pequeñez y temporalidad, la sociedad se
encarga de distraernos, seduciéndonos con múltiples diversiones, distracciones
y anuncios que cierran nuestros ojos a lo que es, para que vivamos en un mundo
de ficción. El espejismo que perseguíamos desaparece cuando los acontecimientos
nos ponen de nuevo cara a cara con nuestra finitud.
Es
inútil negar lo que es, es pérdida de tiempo gastar energía, recursos e incluso
la vida en cosas vanas que se nos venden como productos que nos darán la
felicidad pero que dejan un gran vacío interno
“La
vida son dos días”, “De todas maneras de algo hay que morir”, “Carpe diem”…
“Compra productos que te hagan parecer más joven”, “Conoce mundo”, “Diviértete
con tu gente”, “Sigue viendo series, telenovelas, concursos… continúa
enganchado a las redes sociales…”… Todos los mensajes orientados a lo que el
mundo quiere: “Que tú consumas”, “Que no pienses, que no te cuestiones”… así
será más fácil manipularte.
Podrás
huir temporalmente de lo que es pero tarde o temprano tendrás que enfrentar tu
propia verdad y entonces ya no habrá marcha atrás ni te ayudará lamentarte.
Ahora es el momento de comenzar a vivir de manera diferente porque ciertamente
“la vida son dos días” pero que sean días con sentido, plenos, que dejen huella
en los corazones de otros, que construyan, que den fruto, que contribuyan al
bien común, destinados a colaborar en la construcción del Reino…
Totalmente de acuerdo, lo he pensado en ocasiones, pero, tú hermana linda lo has expresado amplia y bellamente. Me has dejado muy impactada.Oraré para que Nuestro PADRE con JESUCRISTO SEÑOR nos de Su Gracia para hacer Su Voluntad y se las conceda a mis demás hermanos en el mundo.Muchas gracias.Seas más BENDECIDA.
ResponderEliminarEste mensaje es escatológico me habló de lo que no hablo y de lo que los impulsadores del consumismo no quieren que piense.
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