domingo, 13 de enero de 2019

"NO ES TANTO LO QUE HACES SINO POR QUÉ LO HACES"



Hay quienes no ponen todo su empeño en el hacer y se justifican diciendo que Dios se encargará… es una sutil manera de eludir la responsabilidad personal
Hay quienes se esfuerzan al máximo y lo dan todo pero no se permiten el mínimo error, atribuyéndose tanto el éxito como el fracaso
Hay quienes acertadamente “actúan como si todo dependiera de ellos y solo de ellos, pero saben que todo depende de Dios y solo de Dios”
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¿Con quiénes te identificas?

Lo importante es no perder el norte. Obras muy santas pueden estar disfrazadas de búsqueda personal, de satisfacción de necesidades propias, de deseo de agradar a un “dios” que me va a dar si… El orgulloso ego pasa a ser el protagonista… engrandeciéndose con los éxitos, aplausos, halagos… y sufriendo con los fracasos, errores, fallos….
Cuando lo que realmente te mueve es el amor a Dios no eres esclav@ ni de los honores, ni de las críticas, burlas, humillaciones…

Cuando vayas a comprometerte en algo o a hacer algo, cuestiónate primero sobre tu intención o motivación, sin vergüenza, afronta tu verdad, solo así podrás ubicarte. Podrás engañar a otros e incluso ganarte su admiración pero tú no puedes engañarte y mucho menos a Dios.
Que aprendamos de la actitud de Juan El Bautista: “Es necesario que Él crezca y yo disminuya”. Cuando lo que te mueve es hacer su voluntad: le dejas hacer a través de tu vida.

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