sábado, 5 de enero de 2019

"¿SORPRENDER O SORPRENDERSE?"


Escuché el otro día una prédica en la que nos invitaban a sorprender a Jesús.

¿Sorprender a Jesús? Sorprender a Jesús me sitúa en el centro, yo soy protagonista, yo tomo la iniciativa, deseo conquistarlo, debo ser creativo, tengo que esforzarme… Es mi ego el que me mueve. ¿A qué “dios” trato de responder? ¿Qué imagen tengo de Dios?
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El Dios de Jesús que es Amor y solo sabe amar… lo único que espera de nosotros es que nos abramos y acojamos ese Amor, que nos dejemos sorprender por su Presencia a veces visible y otras veces escondida… Solo así transformaremos nuestra vida

No es tanto el hacer sino el dejarnos hacer… el dar sino el acoger su amor… el sorprender sino el dejarnos sorprender… Si me enfoco en el hacer… en el dar… en el sorprender… en el servir… en el… yo soy el protagonista…yo soy el centro… hago mi voluntad y no la suya

La clave está en no perder el centro. En la medida que yo soy el centro, estoy respondiendo a otros dioses. En la medida que Él es mi centro, el protagonista es Él y la iniciativa es suya…. Él toma el control y guía mi vida

La actitud de Jesús es la de quien está atento a todo lo que sucede, la de quien se deja sorprender por los guiños del Padre, la de quien descubre Su Presencia en todo lo que ocurre, la de quien contempla, la de quien aprende de lo que le pasa y lo utiliza, la de quien está abierto a la novedad.

Ningún/a sant@ de la historia se propuso sorpender a Jesús, de haber sido así no hubiera llegado a sant@. L@s sant@s se dejaron sorprender, se dejaron hacer, se dejaron llenar… Experimentaban y vivían a Dios como su centro, origen y fin de todo… Se sabían y sentían instrumentos y le dejaron hacer… por eso hicieron lo que hicieron y llegaron a lo que llegaron… porque no fueron ellos sino que le dejaron a Él realizar su obra a través de ellos

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