“Señor, si quieres, puedes
sanarme”… es la súplica del leproso que con humildad, y
sintiéndose que nada es y nada puede, se acerca a Jesús pidiendo sanación. La
respuesta de Jesús no se hace esperar: Extendió
la mano y le tocó, diciendo: “Lo quiero, queda sano”
Leía en la mañana una reflexión sobre este pasaje del Evangelio en la que
se invitaba al lector a cuestionarse sobre los leprosos que se acercan y qué
tanto hacemos por ellos.
No sé si desde una posición egocéntrica pero yo me siento leprosa y también
necesito de la Presencia de Jesús, de su cercanía, de su compasión, de su
cariño.
Para mí es un buen texto para revisarnos.
¿Cómo estamos en humildad? Escuchaba también esta mañana el siguiente
comentario: “La humildad es la llave que abre el corazón de Dios”. Todo el día
me ha estado resonando esta frase y a mi parecer la formulación correcta sería:
“La humildad es la llave que abre mi corazón”. Porque el corazón de Dios
siempre está abierto, se nos da a manos llenas… el problema es que nuestro
corazón está endurecido, nos creemos que todo lo podemos y no le dejamos a Él
la más mínima oportunidad de ser y hacer a través nuestro.
Dichosos nosotros si nos presentamos ante el Señor con la actitud del
leproso… siendo conscientes de nuestra pequeñez y nuestra nada… y dejando que
Él nos transforme y nos llene. Solo así conseguiremos que se abra y se esponje
nuestro corazón
¿Cuáles son nuestras lepras? ¡Qué fácil ver las lepras en los otros y qué
difícil reconocer las nuestras! Es más fácil señalar las lepras de los otros o
incluso ayudar a sanar creyéndonos impecables. Reconocer las lepras es
humildad…
Nuestras lepras son: el controlar la vida sin dejar a Dios margen de
acción… juzgar o criticar en función de lo que creemos que es normal o está
bien… vivir centrados en nosotros mismos… creernos mejores o por encima de los
demás… creernos que todo lo podemos… creer que todo lo que somos y tenemos es
porque lo merecemos o porque somos buenos… creernos autosuficientes… vivir como
si Dios no existiera… buscar la propia voluntad… pensar humanamente… aparentar
lo que no somos o tenemos… ¿Con cuáles te identificas? ¿Cuáles añadirías?
Que tengamos la humildad suficiente para reconocer nuestra nada y
acercarnos a suplicarle que transforme nuestro corazón
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