viernes, 25 de enero de 2019

"TODO ES REGALO DE SU AMOR"


Juan 3, 27 “No puede un hombre recibir nada si no se lo concede el cielo”. Todo es don de Dios… todo lo que soy y tengo es regalo de su AMOR. No se me da por méritos o esfuerzo… se me ofrece por AMOR. La clave está en no apropiarme de lo que se me ha entregado. En el fondo es un préstamo por un tiempo más o menos largo, y en ningún caso para provecho mío sino para su propia gloria. Somos libres para decidir con todo lo que Él nos regala

Si me apropio de todos mis dones… el día que me falte uno de esos regalos: sufriré e incluso me enojaré con Aquel que me los prestó, le odiaré, le maldeciré…
Si los ignoro o soy indiferente… me los perderé… se perderán
Imagen relacionadaSi los acepto y los agradezco sabiendo que no me pertenecen y no me aferro a ellos… seré capaz de dejarlos ir cuando llegue el momento (tal vez con algo o mucho dolor por mi condición humana, pero al menos no con enojo, resentimiento…)

Nada ni nadie nos pertenece… todo es temporal, pasajero… hoy está y mañana ¡a saber!... Ni siquiera somos dueños ni propietarios de nuestra vida… hoy estamos aquí y mañana ¡a saber!

Todos los regalos que Dios nos da son temporales a excepción de uno: Él mismo… Su Amor… ¿Por qué ante el mayor y gran regalo que se nos quiere entregar a manos llenas, cerramos nuestro corazón?. ¿Qué nos impide recibir y aceptar el GRAN REGALO?

La decisión de aferrarnos o no a lo pasajero… la decisión de abrazar o no el regalo que permanece… la decisión de quedarnos con todo, o venderlo y quedarnos con el tesoro valioso… es nuestra.

San Ignacio de Loyola tiene una oración que refleja todo esto: “Tomad Señor y recibid, toda mi libertad, mi memoria… (…) dame tu amor y gracia que ésta me basta”

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