"REMA MAR ADENTRO Y..."

“Rema mar adentro y echad vuestras redes” Evangelio de San Lucas 5, 4. Así dice Jesús a Andrés y a Pedro tras haber pasado toda una noche pescando sin conseguir nada.

Tan real como la vida misma. Él se hace el encontradizo en lo cotidiano de nuestra vida. Cuando nuestro hacer está controlado y guiado por nuestro ego autosuficiente… los resultados son mínimos o nulos y por si fuera poco acabamos desanimad@s, tristes y vací@s.

Jesús se cruza en nuestro camino a cada rato y ¿nos percatamos?. Nos invita a remar mar adentro, a echar las redes de nuevo… nos invita a escucharle, a contar con Él, a dejar de controlar, a hacer su voluntad y no la nuestra… entonces es cuando se produce el milagro

¡Cómo nos cuesta desinstalarnos, ceder el control…! ¿Y por qué? Porque produce inseguridad, incertidumbre y consideramos que lo nuestro es lo realmente importante y que estamos en lo correcto y de esta manera construimos un “dios” a nuestra medida, y nosotros “bien, gracias”, creyendo que estamos en el verdadero camino. Mientras no nos abramos a la sorpresa y a su iniciativa, perderemos el tiempo creyendo que hacemos su voluntad cuando en realidad hacemos la nuestra.

Seguro que en los planes de Andrés y Pedro estaba el irse a descansar, comer algo y dormir, después de toda una árida noche de expectativas frustradas. Seguramente Pedro quiso justificarse para no hacer caso a Jesús, ganas no le faltarían de decirle que era una pérdida de tiempo o una locura. Frente a toda previsión, los dos hermanos cedieron el control y se dejaron llevar por la invitación del Maestro. Y pescaron tantos peces que las redes casi se rompen. Únicamente cuando nos dejamos llevar y respondemos a sus invitaciones, le dejamos ser y hacer en nuestras vidas… y los milagros se producen

Lo importante no es si hago o cuanto hago, lo realmente importante es si le dejo hacer en mi vida pero para eso tenemos que abandonarnos, ceder el control y confiar. ¿Te atreves?