martes, 18 de agosto de 2020

“SUCESOS INESPERADOS”

 

Creemos tener nuestra vida bajo control y cuando menos lo esperamos sucede algo que nos hace cambiar el rumbo o al menos nos trastoca el día. ¿Cuál es nuestra reacción?

Pasamos la vida buscando y queriendo hacer la voluntad de Dios pero raramente la encontramos en esos acontecimientos que no estaban en nuestros planes. ¡Cómo nos cuesta descubrir a Dios en lo que se escapa de nuestras manos y no podemos manejar!

Hacer la voluntad de Dios es:

Abrirnos al amor en todo lo que vivimos (actividades ordinarias o cotidianas, encuentros, sucesos inesperados…). Porque Él nos habla y manifiesta su amor a través de todo y de todos aunque consideremos negativo aquello que nos ocurre

Amar lo que vivimos porque todo está habitado y envuelto por su Presencia

Está en todo y en todos pero los afanes de la vida, el vivir en el pasado o el futuro, el ruido, las prisas… nos ciegan y nos impiden descubrirlo en el día a día, en cada tarea, en cada relación.

Está en todo y en todos pero por empeñarnos en tener todo bajo control no nos abrimos a su amor, a la sorpresa, al Misterio escondido en todos los sucesos inesperados.

Ábrete al Amor en todo lo que te toca vivir, ama lo que vives y CONFÍA. Él todo lo hace bien.


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