Después de toda una noche orando, e
inspirado por el Espíritu Santo, eligió a los doce… Doce hombres cada uno con
una historia personal, con un carácter, con unas cualidades… Doce hombres con
mucho potencial pero también frágiles
Doce hombres con mucho camino por
recorrer y mucho por aprender
Doce hombres a los que les costaba
entender y tardaron en conocerle
Doce hombres entre los que se
encontraba alguien que le traicionaría
Doce hombres que acabarían
abandonándole cuando más los necesitaba
¿Se confundió Jesús en la elección?
¿Tendría que haber escogido a otros? Esos eran… Él los conocía: su pasado y su
presente, sus cualidades y defectos, sus expectativas y sus miedos, sus
fortalezas y debilidades…
Él confió plenamente en ellos desde
el primer día. Igual hace con nosotros. Nos conoce a profundidad y aun así nos
quiere con Él y continuando su obra. También confía plenamente en nosotros pero
el resultado, o más bien la respuesta que demos con nuestra vida, no depende de
Él sino de las decisiones que vayamos tomando y los caminos que elijamos. Por
eso no se trata de un “Sí” de un momento o de un día, es un “Sí” que tiene que
renovarse cada día. Un “Sí” que implica renuncias, ir soltando, escuchar a Dios
en lo profundo y dejarse guiar… Un “Sí” que nos lleva a rectificar cuando nos
equivocamos, a volver al camino cuando nos hemos extraviado, a pedir perdón por
haber fallado… Un “Sí” desde la humildad de quien conoce su limitación, su
fragilidad, su miseria… Un “Sí” que reconoce de quien depende, a quien sigue…
Un “Sí” al Amor: a abrirnos al amor incondicional pero también a brindarlo a
otros.
Hoy te sigue llamando, eligiendo…
por muy pequeño, incapaz, frágil, roto que te encuentres.
Hoy te sigue llamando porque te
ama, porque confía plenamente en ti.
La respuesta es personal y de todos
los días
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