Hablando
sobre el alto índice de contagios por COVID con una persona, me decía que no
había que tener miedo, que todos íbamos a pasarlo tarde o temprano. Le contesté
que muchos que lo han pasado lo han vivido muy mal, otros han quedado con
secuelas y millones de personas, desgraciadamente, ya no están con nosotros. A
mi comentario respondió: “¡Va! Pensando así vamos a necesitar todos un
psicólogo o un psiquiatra. De todas formas, todo está escrito.”
Respeto
la opinión de quienes creen que “todo está escrito” pero no la
comparto. Creo en un Dios que ha soñado algo bello para mí pero no me
condiciona, no me exige y mucho menos me maneja a su antojo. Creo en un Dios
que me da libertad para tomar decisiones cada día y escoger el camino que deseo
recorrer.
Creer
que “todo
está escrito” es no asumir la responsabilidad de la propia vida… cierto
que es más cómodo pensar así… pero es ser esclavo del destino, de las
circunstancias… es ser una marioneta manejada por la vida, por un “dios” manipulador…
¿Para qué preocuparme de los otros? Si todo está escrito mejor me preocupo de
mí, de buscar lo que me gusta, lo que me satisface, lo que me da placer… Mejor
disfruto del hoy que para lo que dura esta vida… ¿Qué necesidad tengo de
cuidarme? ¿Acaso no me voy a morir igual? ¿No tengo ya mi día señalado?...
Leía
el otro día un cuento de Miguel Márquez,
general de los Carmelitas, sobre dos borrachos que ahogaban sus penas en una
cantina. Uno de ellos había sido dotado por Dios para ser un político
renombrado en la Francia de ese momento, llamado a influir en los destinos de
su país. Tenía todas las virtudes que otros políticos envidiarían y hubiera
hecho mucho bien pero… algo pasó en el camino ¿un desamor?, ¿un tropiezo
inesperado?, ¿una equivocación?...
Su
amigo, dotado por Dios para ser un santo famoso, y testigo para las gentes de
la ternura y el amor de Dios. Un hombre de corazón sensible y transparente, de
mirada despierta y cálida, de alma limpia pero… algo no funcionó… ¿una decisión
equivocada?, ¿un fracaso?, ¿una situación adversa?, ¿algo que le dijeron?...
Y
así continuaron sus vidas y sus días… extenuados por el cansancio, el alcohol,
la soledad… Tal vez nunca encontraron a alguien que les ayudara a descubrir sus
fortalezas y reorientar de nuevo sus historias, a levantarse… o quizás eran de
los que creían que todo estaba escrito y estaban condenados a terminar así
Sólo se, que mi vida está escrita en las manos de Dios y que su querer y deseo es que mi vida se realice en plenitud, aprovechando todo lo que en el caminar se presenta Y aunque a veces no lo comprenda, todo me lleva a vivir su deseo.
ResponderEliminarGracias Gloria. SALUDOS
Abandonarse enteramente en las manos de Dios. ¿Las personas dicen es difícil? Me di cuenta que por medio de la oración todo es posible. Para la gloria de Dios. Saludos desde Honduras.
ResponderEliminar"Aquel que te creo a ti, no te salvará a ti, sin ti. ". Yo soy responsable de mis acciones y en la bondad de Dios me da libre albedrío para ser o no lo que soño de mí y de ayudar a los demás a lograrlo.
ResponderEliminarTodo está escrito es otro yo soy así...