martes, 28 de diciembre de 2021

“TENEMOS QUE…”

 

Creo que hay acciones muy buenas y santas pero que se convierten en tentación cuando van precedidas por el “tenemos que…”. Y es que puede que contemos en nuestro haber con un “ego espiritual” que quiera realizar grandes hazañas, emular a los santos, sacrificarse, hacer costosas penitencias, comprometerse en muchos grupos, ser reconocido por las buenas obras… Y además no hay que olvidar que existe algo que se llama soberbia espiritual que nos puede hacer creer que por “eso”: Somos imprescindibles, mejores que los otros y además contamos con más gracia de Dios.

“Tenemos que…”. Sí, estoy de acuerdo, “tenemos que”, pero “tenemos que…” soltar el control, abandonarnos, abrirnos a la sorpresa y a la novedad, aceptar sus caminos y su forma aunque no correspondan con lo que pensábamos, asumir nuestra condición débil y pecadora, acoger nuestra fragilidad y pobreza, hacer su voluntad y no la nuestra, salir de nuestro amor propio… para que pueda ser y obrar en nosotros.

Cuando “tengo que…” el/la protagonista soy yo, quien lleva el control soy yo, quien hace soy yo. ¿Acaso no hago mi propia voluntad cuando vivo en función del “tengo que…”?


Cuando nos convertimos: Los “tengo que” desaparecen… porque el amor lo mueve todo, porque el amor se da gratuitamente, porque el amor no se siente obligado a entregarse. Ya no se siente esa imposición, esa pesadez, esa carga… El centro pasa a ser el amar porque sí. El amar por el hecho de amar no responde a ningún “tengo que” ¿o se puede amar a la fuerza?

Mientras sigamos pensando, creyendo y viviendo desde el “tenemos que” y miremos a los otros de menos o creyéndonos los salvadores imprescindibles y elegidos… será porque nos falta mucho camino por recorrer en nuestra propia conversión.

4 comentarios:

  1. Maravillosa reflexión que me llama a la humildad.

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  2. Un gozo leerte, como siempre Gloria, estupendo!

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  3. Tengo que, decirte que te admiro Gloria, tus mensajes me descubren mi orgullo y vanidad.

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