Nunca
como ahora hemos orado tanto unos por otros, nunca como ahora se han hecho
tantas cadenas de oración… Y lo que más se pide: el fin de la pandemia, no
enfermar o sanar.
Pues
bien… cuando oren por mí no pidan que Dios me libre de esta enfermedad o que no
me vaya a morir. Yo quiero querer lo que Él quiera. Si quiero seguir a Cristo quiero
estar disponible para que pueda hacer su voluntad en mí. Además sabemos que
todo no termina con la muerte. ¿Por qué ver la enfermedad como una desgracia en
vez de una oportunidad de crecimiento y encuentro con el Señor? ¿Por qué ver la
muerte como enemiga o cómo algo a evitar a toda costa si es una realidad por la
que tarde o temprano todos pasaremos? ¿Acaso la muerte no será el momento, para
nosotros que creemos, del encuentro
definitivo con el Padre?
Cuando
oren por mí, pidan al Padre Bueno que me encuentre con Él, que me abra a su
infinito amor y misericordia, que me sienta acompañada por Él. Eso es todo lo
que necesito. Gracias por sus oraciones.
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