El mundo está roto, el mundo está sufriendo, el mundo está
enfermo. Y todo porque hemos olvidado de dónde venimos y quiénes somos
Vivimos desde identidades que nos hemos fabricado y que
distan de nuestra verdadera y única identidad. Identidades que tratamos de
proteger a capa y espada, intocables… tras las cuales nos refugiamos.
Identidades que nos exigen mucha energía para lograrlas y mantenerlas.
Identidades que en el fondo, todos sabemos, nos causan insatisfacción,
sufrimiento y en ocasiones enfermedad.
Mientras sigamos viviendo de nuestra falsa identidad:
- El mundo seguirá gimiendo
- Difícilmente podremos ver en el otro a un hermano.
- Tal vez hagamos cosas por los otros pero serán migajas porque no podemos exponernos, porque tenemos miedo
- No podremos construir el Reino
- Continuaremos dañándonos y también a quienes nos rodean
- Estaremos prisioneros y nuestros miedos serán los carceleros
- Viviremos en alerta constante pues los otros y lo que sucede son amenazas ante las que hay que esconderse, defenderse e incluso atacar
- Seremos nuestros peores enemigos
- Nos enfermaremos física y emocionalmente
- No viviremos en plenitud
¿Cuánto tiempo más vamos a continuar viviendo en una
mentira, en una falsedad?
El mundo está roto, el mundo
está sufriendo, el mundo está enfermo. Necesita con urgencia nuestro despertar,
nuestra conversión
No hay comentarios:
Publicar un comentario