¿Hay algo
en ti que quieres cambiar pero no puedes? ¿Tal vez un defecto, una actitud, una
adicción…? ¿Qué medios has puesto para lograrlo?
Generalmente
cuando una persona quiere cambiar algo de sí misma: se esfuerza, lucha,
derrocha toda su energía en su objetivo. El problema es que no siempre se
obtienen los resultados esperados. Esto genera frustración, enojo y
posteriormente culpa por haber vuelto a caer.
Tal vez
tendríamos que modificar el enfoque. Todo lo vemos como una amenaza cuando no
vivimos desde nuestra verdadera identidad.
Puedes
aceptar ser tu peor enemigo pero los medios hostiles no te van a servir sino
para hacerte más daño
Solución:
cambia el medio. Y es que no hay medio más efectivo que el amor, abrirte al
amor. Ábrete al amor de Dios, déjate llenar de su amor y acoge todo aquello que
no te gusta en ti, que te daña, que te hace sufrir… abrázalo, envuélvelo con el
amor que habita en lo más profundo de tu corazón… Solo lo que es amado, puede
ser sanado. Solo lo que es amado, puede ser transformado.
Es fácil
decirlo y también leerlo. La tarea es personal e implica hacer silencio para
escuchar los gritos que brotan de lo más profundo. Supone tener compasión y
misericordia con quien gime de dolor en el interior.
El cambio
comienza a gestarse cuando eres capaz de:
-
reconocer tu verdadera identidad y empiezas a vivir desde ella
-
reconciliarte con tu dolor, con tu pasado, con tu falsa identidad
- acogerte
y envolver con amor todo lo que forma parte de ti
En
definitiva… el cambio es posible solo si te abres al amor
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