No
deja de sorprenderme que relacionemos el ¡vivir la vida! con diversión, placer,
vacaciones… estar en la calle, consumir, conocer países… Tristemente es un
concepto muy extendido hoy en día, en cualquier parte del mundo, de ahí que
para la sociedad mercantilista sea tan sencillo manipularnos y seducirnos con
las mil y una ofertas que nos ofrecen
Nos
dejamos envolver por las redes de un sistema que, lejos de darnos vida, nos
deja secos, vacíos, insatisfechos… nos hace seres individualistas, egoístas,
ambiciosos, autosuficientes… y provoca entre nosotros: rivalidades, conflictos,
enfrentamientos…
Hace
muchos años, un director de escuela en Honduras me dijo: “¡Ay no Gloria, usted se está perdiendo los placeres de este mundo!”.
Yo sonreí y le respondí: “¿Usted cree? No
soy consciente de estar perdiéndome ningún placer de este mundo. Debe de ser
que tenemos distintos conceptos de lo que son placeres”. No dijo más, se
quedó callado.
¿Qué
es para ti ¡vivir la vida!? ¿Qué es lo que realmente te da vida, felicidad
plena? ¿Qué consideras placeres de esta vida? ¿Cuáles son los tesoros que te
dan vida? ¿Dónde está puesto tu corazón?
Jesús
vino “para que tengamos vida”… y
sigue viniendo… y cada Navidad se nos recuerda que llega, que se nos regala,
que se nos da “para que tengamos vida”…
que solo Él da nos puede ofrecer una vida dichosa… Pero seguimos empeñados en
buscar por otros derroteros
Totalmente
de acuerdo, la vida es para vivirla
pero ¿Qué es lo que realmente da vida a la vida?: “¿Vivir auto centrado o salir
de si?”, “¿Anteponer los deseos particulares o el bien común?”, ¿Valerse por sí
mismo o dejarse ayudar?”, “¿Preocuparse solo de sí o ayudar a otros?”, “¿El
ruido o el silencio?”, “¿Atesorar o compartir”, “¿Poner la confianza en lo que
se tiene o en el Señor?”. “¿Destruir o construir?”…
Muy acertada reflexion, gracias
ResponderEliminarGenial como siempre, Gloria. Sigue ayudándonos a reflexionar
ResponderEliminarBendiciones
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