De esta manera comienza hoy el mensaje en twitter de
Monseñor Ángel Garachana. Obispo de la Diócesis de San Pedro Sula en Honduras. “La pandemia es hoy nuestro desierto y
nuestra prueba”.
Es nuestro desierto y nuestra prueba porque nos priva: de
estar cerca de las personas a las que queremos, poder abrazarlas, darles un
beso… en algunos momentos nos impide viajar, en otros ir a comprar lo que
necesitamos… Nos priva de despedirnos de aquellos seres queridos que están en
los hospitales, de acompañar a familiares, amigos y conocidos en sus duelos
El Espíritu empujó a Jesús al desierto y allá fue tentado.
En medio de este desierto que estamos viviendo, en medio de la pandemia y de
las privaciones, también somos tentados.
Jesús venció las tentaciones pero ¿y nosotros?. Puede que
nos pase lo de Adán y Eva: “Basta que sepamos que algo está prohibido, aunque
sepamos que ponemos en riesgo la vida de otros y la propia, para que nos
sintamos atraídos y caigamos”. El Señor nos ama, nos cuida… pero si escogemos
otros caminos y desobedecemos no servirán mucho ni las oraciones ni el creernos
cubiertos con su sangre.
Tu responsabilidad y libertad comienzan cuando te mantienes
firme en la fe y fiel en el amor. Esto supone renunciar a tu “querer”, a tus
deseos, intereses, caprichos… El desierto tarde o temprano terminará pero: la
impaciencia, el no saber esperar, el creer que cuentas con mucha gracia de Dios
y nada te va a pasar, el dar rienda suelta a tus pasiones y antojos, la
ansiedad por satisfacer necesidades superfluas… puede costarte la vida o a tus
seres más queridos.
Eres libre cuando elijes el amor aunque eso implique
renuncias, tener que esperar…
Eres esclav@ cuando traicionas al amor poniendo en riesgo
la vida, propia o ajena, por hacer “lo que te apetece”
¿Cómo estás viviendo este desierto: desde el amor o desde
“tus quereres”? ¿A dónde te lleva el amor? ¿Y “tus quereres”?. Actúa con
responsabilidad: “Ama a Dios…, y al prójimo
como a ti mismo”. Practícalo y vivirás.
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