Somos totalmente diferentes por origen familiar, cultura, formación,
cualidades, creencias, experiencias vividas, edad, cuerpo físico… No hay dos
seres iguales en todo el planeta. Cada uno creado único, irrepetible y
especial.
Porque somos distintos, cada uno recorre su camino
personal. Cometemos un error al querer andar sobre los pasos de otros, o al
exigirnos realizar tramos que no nos corresponden, o al desviarnos por querer
agradar, o para que hablen bien de nosotros o cumplir las expectativas de
otros.
Cada uno tiene que andar su propio camino y enfocarse en
él. Tal vez coincidamos en algún momento pero sin perder la singularidad y
autenticidad y siendo conscientes de que podrá ser tan solo por un tiempo.
Si los otros te juzgan o critican, no te entienden o
cuestionan tu camino: No te preocupes. Sé fiel a tu camino
Si hay quien te quiere convencer, con buena o con no tan buena
fe, de que cambies de rumbo o de destino… Sé fiel a tu camino
En nombre de Dios muchas veces exigimos a otros responder
de la misma forma o manera que nosotros, les regañamos y echamos en cara el no llegar a actividades
que programamos y que nos parecen importantes e interesantes. Ese a quien
exiges, regañas, no entiendes, criticas… está realizando su propio camino. Si
quieres ayudarle: respétale en su camino, acepta que tiene que seguir su proceso,
acepta que no comparta “esas cosas” que para ti son importantes y fundamentales.
Trátale como un fin y no como un medio, ha sido creado por amor. Mírale como te
mira quien te ama y te da vida cada día
Tantos caminos como personas. Tu camino es distinto al mío.
Respetemos nuestros caminos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario