jueves, 18 de febrero de 2021

“NUESTRO DIOS NOS COMPRENDE”

 

Asumió la condición humana en Jesús y por eso podemos sentirnos acompañados y comprendidos en nuestro camino de luces y sombras, de altos y bajos, de días soleados y grises.

Asumió la condición humana y como tal: trabajó, pensó, tuvo emociones y sentimientos, y amó. Esto hace posible que podamos vivir enteramente unidos a Él:

  • En la tristeza y la impotencia ante situaciones sobre las que no podemos hacer algo
  • En el dolor por la pérdida de seres queridos
  • En la enfermedad, en nuestras aflicciones y dificultades
  • En la frustración y la cólera ante la injusticia, y en la lucha por acabar con ella
  • En la alegría del reencuentro, de la celebración, de los dones y el tiempo compartido con otros
  • En la incomprensión
  • En el ser objeto de burlas, críticas, humillaciones…

Podemos vivirnos enteramente unidos a Él:

  • Cuando somos tentados
  • Cuando compartimos lo que somos y tenemos, y nos abrimos a lo que los otros nos quiere regalar
  • Cuando nos acogemos y aceptamos íntegramente y somos compasivos y misericordiosos con los demás
  • Cuando respetamos el ritmo de los otros, su proceso de crecimiento, su forma de ser, sus opiniones, sus creencias…
  • Cuando vemos en todo/s la bondad, el amor que todo lo envuelve y lo llena
  • Cuando experimentamos la fragilidad humana, la limitación, nuestra dependencia de Dios
  • Cuando nos sentimos en camino, peregrinos
  • Cuando nos relacionamos con el Padre por medio de la oración.


Asumió la condición humana porque quiso hacerse semejante a nosotros, quiso acercarse para que nos sintiéramos acompañados, comprendidos, consolados, fortalecidos… viviendo como uno más y experimentando la fragilidad, la impotencia y limitación

Podemos vivir enteramente unidos a Él en todo lo que realicemos, en todo lo que sintamos… en nuestras relaciones y en la soledad… en el trabajo y en el tiempo de ocio… en la alegría pero también en la tristeza.

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